“Locker”: En cada ración de agua va una vida

El corto Locker, del indio Selvaraj, fue el ganador de la categoría de micro-ficción de la quinta edición del We Art Water Film Festival. Es una impactante alegoría de la situación de muchos de los más de 1.500 millones de personas que no tienen acceso al agua en sus casas. La protagonista del corto vive en una zona árida abandonada y pobre. Su vida y la de su familia depende de poder acceder a las raciones de agua que encierra en un cajón.

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Locker, de Selvaraj, ganador en la categoría de micro-ficción de la quinta edición del We Art Water Film Festival 5.

Selvaraj, autor de Locker, cortoganador de la categoría micro-ficción del We Art Water Film Festival 5, vierte en su obra sus propios sentimientosvividos en la India árida. El corto muestra a mujer que guarda en un cajón bajo llave el agua que ha sustraído de una casa cercana. La ha racionado en pequeños vasos que guarda en un cajón bajo llave. Para ella y su familia cada porción de agua es un tesoro por el que se ha arriesgado allanando una propiedad. Es una alegoría impactante de la situación angustiosa que viven quienes no tienen acceso al agua en sus casas y no lo tienen asegurado en un futuro climáticamente hostil.

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Selvaraj, autor de Locker.

 Locker se desarrolla en una zona árida de India, donde la disponibilidad de agua tiene un futuro incierto. La crisis climática está obligando a cambiar el enfoque de todo el desarrollo socioeconómico del país. Con más de 1.300 millones de habitantes y con grandes bolsas de pobreza por erradicar, India tiene el enorme reto de procurar el acceso al agua y al saneamiento universales; de que lo logre depende la plena consecución planetaria del ODS 6.

Imagen We Are Water

Casi 490 millones de personas, 400 millones en las zonas rurales, no tienen asegurada la salubridad del agua de la fuente a la que acceder.

Sin agua en casa.. ni cerca

Hay actualmente en la Tierra unos 1.500 millones de personas que tienen que desplazarse fuera de sus casas para conseguir agua. Algunas, unos 1.230 millones, lo tienen relativamente cercano, a menos de 30 minutos de ida y vuelta. Pero otros tienen prácticamente que “viajar” para conseguir agua; son más de 280 millones, la mayoría mujeres, jóvenes y niñas, las que arriesgan su seguridad en llegar a una fuente segura empleando más de 30 minutos de su vida cotidiana y de su educación acarreando bidones que pueden llegar a pesar 20 kg.

Pero la protagonista de Locker no parece pertenecer a este grupo: no dispone de una fuente cercana segura. Aparentemente tiene que cometer un delito de allanamiento para robar agua. La mujer puede ser una de los casi 490 millones de personas – 400 en las zonas rurales – que no tienen asegurada la salubridad del agua de la fuente a la que acceden. O incluso estas fuentes han dejado de manar o los arroyos y las charcas se han secado. La aridez de las tierras donde vive la sitúa en las regiones más amenazadas por la crisis climática; zonas donde las sequías hacen estragos parejos al de las inundaciones. Para estas personas el agua es simplemente supervivencia, están en la primera línea de un drama humanitario que todavía no hemos podido solucionar.