Agua para la sanidad en Senegal

Los sistemas sanitarios de las regiones rurales africanas sufren deficiencias en agua, saneamiento e higiene. En el Sahel senegalés, colaboramos en un proyecto para ayudar a los centros de salud en los que la covid-19 se ha añadido a las enfermedades por el mal estado del agua, la desnutrición crónica y la falta de asistencia médica. Allí, como en el resto del mundo, si logramos el ODS 6, lograremos el ODS 3: garantizar una vida sana y promover el bienestar para todas las edades.

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La región senegalesa de Matam se encuentra en pleno semidesierto del Sahel. Fronteriza con Mauritania, es una de las las zonas más pobres del país y sufre endémicos problemas de falta de agua y crisis alimentarias recurrentes; en la actualidad, los cuatro distritos sanitarios de la región reportan una prevalencia global de desnutrición del 13%, frente a la media nacional que es del 8%. La pandemia de la covid-19 ha supuesto un estrés para la mayor parte del sistema sanitario Senegalés, en especial para los de las zonas rurales.

En Matam esta presión ha intensificado las desigualdades y las carencias de un sistema sanitario que no dispone de un acceso seguro al agua ni de instalaciones de saneamiento e higiene que garanticen su eficiencia. Además de dificultar el tratamiento de la covid-19, estas deficiencias facilitan el desarrollo de otras patologías nosocomiales (las contraídas en los propios centros de salud) que deterioran la confianza de la población, alejándola de los tratamientos médicos. Esta situación es nefasta para las mujeres gestantes y lactantes, y los menores de 15 años, que son los grupos de población más vulnerables y los que más necesitan una atención médica continuada. Evitar que las mujeres no den a luz en su casa y facilitarles acceso a la atención prenatal, son factores clave en la estrategia de la OMS y UNICEF para la reducción de mortalidad materna y neonatal en toda el África Subsahariana.

 

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Los sistemas sanitarios de las regiones rurales africanas sufren deficiencias en agua, saneamiento e higiene. © EC/ECHO/Anouk Delafortrie

Agua y saneamiento para el tratamiento médico

Allí, en los distritos de salud de la capital, Matam, y de Ranérou, Thilogne y Kanel, estamos colaborando con Acción Contra el Hambre en un proyecto para garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento en los centros sanitarios. El proyecto se extenderá en otros 69 centros de salud del resto de la región en base a promover buenas prácticas de higiene de manera coordinada con la brigada de higiene de la región de Matam,mediante la distribución de kits WASH (Agua, Saneamiento e Higiene) y en la difusión de mensajes de concienciación dirigidos a la población vía las radios locales.

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La inexistencia de adecuados servicios de WASH en los centros de salud es un problema endémico en las zonas rurales más pobres del mundo. © Acción Contra el Hambre

La inexistencia de adecuados servicios de WASH en los centros de salud es un problema endémico en las zonas rurales más pobres del mundo. El África subsahariana es una de ellas; según el Programa Conjunto de Monitoreo para Abastecimiento de Agua, Saneamiento e Higiene (PCM) de la OMS y UNICEF, en 2019, el 26% de los centros de salud del África subsahariana no disponían de estos servicios fundamentales para el cuidado de la salud de las personas.

 

Tres duras sequías en seis años

El norte del Senegal aún no se ha recuperado de la terrible sequía de 2017-2018, que causó la inseguridad alimentaria de unas 250.000 personas en Matam y en otros tres departamentos, Podor, Kanel y Ranerou. Fue la tercera sequía que sufrió el país africano en seis años y supuso un serio inconveniente en los planes del Gobierno para seguir avanzando en la consecución del acceso universal al agua segura en las zonas rurales.

En 2020, según datos del PCM, las zonas rurales de Senegal muestran un lento avance hacia el ODS 6.  Mientras que el acceso al agua superficial casi ha desaparecido – se sitúa en el 0,2% de la población -, todavía más del 20% seguía accediendo al agua de fuentes no mejoradas (las que no están ubicadas dentro de la vivienda y no cumplen con los requisitos que garanticen su salubridad). Por lo que respecta al saneamiento, el avance también es lento y presenta serios inconvenientes para la salud: casi el 20,5% de la población de las zonas rurales seguía practicando la defecación al aire libre en 2020, y solamente el 24% disponía de un servicio gestionado de forma segura.

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El norte del Senegal aún no se ha recuperado de la terrible sequía de 2017-2018. ©EC/ECHO/Anouk Delafortrie

Las instalaciones de higiene en los domicilios sufren las consecuencias de la falta de acceso al agua. Según el PCM, desde 2015 casi no se han producido avances; en 2020, casi el 70% de los habitantes del campo senegalés no disponía de ninguna instalación de lavado de manos en su casa, y el 20% lo tenían limitado (sin jabón o sin agua), mientras que algo más del 10% podían lavarse las manos se forma adecuada.

Sin agua, ni saneamiento ni higiene no podremos alcanzar la sanidad universal que perseguimos con el ODS 3. Es otra evidencia de la importancia de que los gobiernos, las instituciones, las empresas y la sociedad civil seamos conscientes de ello: el ODS 6  es clave en todos los ODS.