En 2025 hemos seguido ampliando nuestro compromiso con el agua, el saneamiento y la higiene. Este año hemos iniciado 11 nuevos proyectos, alcanzando un total de 119 en 41 países y beneficiando a 4.056.514 personas. Nuestra praxis es amplia y tangible, fruto de quince años de aprendizaje continuo. Es una referencia que nos impulsa a perfeccionar soluciones frente a la creciente imprevisibilidad de los ciclos hidrológicos, la desigualdad que se agudiza en vastas regiones del planeta y la necesidad urgente de alcanzar compromisos verdaderamente vinculantes entre la comunidad internacional para garantizar que el agua sea, en todas partes, un derecho y no una carencia.

Una evidencia clara es que los proyectos de ayuda, además de procurar respuestas inmediatas —agua potable sostenible, saneamiento seguro y garantía de higiene— deben evolucionar en dos direcciones: ampliar la escala de sus aplicaciones y profundizar en los problemas clave que afectan a los colectivos más vulnerables.

En Liberia, junto a UNICEF, hemos iniciado un proyecto piloto para impulsar el saneamiento rural que revisa y perfecciona el modelo SANTOLIC. Incorporamos enfoques basados en la demanda y en la participación del sector privado, ampliando la visión más allá de la erradicación inmediata de la defecación al aire libre. Analizamos los obstáculos nacionales, aumentamos la transparencia sobre las oportunidades de negocio y remodelamos la dinámica de los mercados de saneamiento para que los hogares más pobres accedan a productos y servicios de calidad. La solución se integra así en el propio tejido socioeconómico, con un factor decisivo: la participación de las mujeres en el proceso. De este modo, no solo combatimos la falta de saneamiento, sino que avanzamos en igualdad de género y activamos la economía local.

Al mismo tiempo, hemos ampliado el foco hacia los centros de salud que enfrentan desafíos que no admiten demora. En Sierra Leona, junto a World Vision, hemos abordado directamente la mortandad maternoinfantil, una consecuencia dramática de la falta de agua e higiene que a menudo se olvida. En uno de los países con peores indicadores de salubridad asistencial, el agua se convierte en la diferencia entre la vida y la muerte durante la gestación, el parto y el desarrollo de los recién nacidos.

Muchas veces la obtención de agua potable tropieza con la falta de acceso a tecnologías básicas que, pese a su sencillez, permanecen fuera del alcance de las comunidades más olvidadas. Tal es el caso de los sistemas de potabilización basados en la ósmosis inversa, cada vez más asequibles y eficaces para escuelas y comunidades rurales. Desde 2019 hemos acompañado con esta tecnología a más de 30.000 personas. Este año hemos completado proyectos en Los Moreneros, en Colombia, y en escuelas y hogares marginados de India, demostrando que la innovación puede ser accesible y transformadora.

En paralelo, seguimos avanzando hacia un enfoque integral del saneamiento escolar con los Laboratorios de Gestión Menstrual. En Sriperumbudur y Ranipet, en India, completamos el desarrollo de espacios que integran la higiene menstrual en los comités escolares y planes de estudio. Estos laboratorios se han convertido en una herramienta poderosa para la justicia de género y para maximizar los beneficios sociales de la escolarización. Al mismo tiempo, contribuyen a erradicar el tabú de la menstruación que aún oprime a millones de jóvenes en el mundo. Allí donde había silencio y estigma, hoy florece el conocimiento fisiológico y la confianza en la ciencia.

Este año iniciamos una nueva manera de narrar nuestros proyectos: los microdocumentales. Queremos que las comunidades hablen por sí mismas, que sus vivencias y soluciones se conviertan en relatos compartidos y que la memoria del agua se exprese en primera persona. El primero nos llevó a la cuenca del río Ceniza, arrasada por la erupción del Volcán de Fuego en 2018. Allí mostramos cómo la ingeniería hidráulica puede convertirse en un escudo frente a la vulnerabilidad, y cómo la reconstrucción no es solo técnica, sino también emocional y social. El segundo nos trasladó a Madagascar, donde dos años después de nuestra intervención los diez pozos construidos en Ambatosola y Mahasoa confirman el impacto positivo en salud y educación.

Nuestra apuesta por la denuncia, la sensibilización y la transmisión de conocimiento retorna con fuerza con la sexta edición del We Art Water Film Festival. Volvemos a situar el cine como herramienta de concienciación global: el agua inspira historias que cruzan fronteras y nos recuerda que la cultura también es un motor de cambio; un cauce poderoso para transformar la conciencia colectiva.

Desde su inicio en 2011, el Festival se ha consolidado como un fenómeno de comunicación global en expansión. La fórmula —un concurso de cortometrajes de tres minutos, abierto a todos— ha marcado un hito innovador en el mundo del agua y se ha convertido en un referente de las estrategias de comunicación medioambiental. Los finalistas se harán públicos el próximo mayo mayo de 2026 y los ganadores se darán a conocer durante el mes de julio.

La apuesta por la educación sigue siendo uno de nuestros pilares. Los talleres de Aquanautas, los protectores del agua, comenzaron en las escuelas y se integraron en la iniciativa Hagamos un trato con Hilton Grand Vacations. En diez años hemos compartido con más de 9.000 jóvenes y niños, en 415 talleres, la necesidad de cuidar el agua. Cada niño que comprende la importancia de este recurso se convierte en un guardián del futuro, un eslabón vivo en la cadena de la conciencia ambiental.

Este pasado año hemos realizado un total de 83 actividades, con una especial de limpieza de la arena de la playa en el marco de la Bluewave Alliance en Barcelona. Esta iniciativa de ISDIN impulsa la restauración ecológica del Mediterráneo a través de ocho proyectos que combinan ciencia, divulgación y participación ciudadana activa. Cada playa trae un mensaje de esperanza, y hacer participar a los escolares en estas acciones es la mejor forma de consolidar y difundir la cultura del agua.

Este año hemos redoblado la apuesta por la educación en Brasil. En el Roca São Paulo Gallery, reunimos a 40 niños y niñas, de unos ocho años, en cuatro talleres lúdicos — música, maqueta dinámica sobre el ciclo del agua y siembra de semillas nativas, pintura en papel y pintura facial — reforzando el aprendizaje sobre la importancia del agua de manera dinámica, educativa e inclusiva.

Este año impartimos, por tercera vez consecutiva, un curso intensivo en la Universitat Blanquerna dirigido a los estudiantes del Bachelor’s Degree in Global Communication Management. La temática se centró en los problemas de agua y saneamiento en el mundo, en nuestros objetivos de sensibilización, en los proyectos de ayuda y en la estructura y herramientas de comunicación que utilizamos en nuestro trabajo.

Seguimos avanzando en la importancia de fomentar las alianzas con el sector turístico para la sensibilización y aportación de ideas e iniciativas. En el Roca Barcelona Gallery organizamos un encuentro sobre turismo, arquitectura y diseño en espacios hospitality, centrado en la transformación del sector turístico desde la sostenibilidad y la responsabilidad social.

En este mismo contexto, nuestra colaboración con la cadena Hilton Grand Vacations a través de las Walkathons for Water, iniciada hace tres años, ha continuado con fuerza: un total de 19 caminatas realizadas en distintos países. Este año, los proyectos que han recibido el apoyo de las inscripciones han sido los de Riohacha-Guajira, en Colombia, y las comunidades agrícolas de Nandyal, en India. Cada paso dado en estas caminatas es un gesto de solidaridad que refuerza la convicción de que el turismo puede ser también un cauce de transformación social.

Este año hemos intensificado nuestra presencia en los foros internacionales, llevando la voz del agua allí donde se decide el futuro. En la World Water Week avanzamos en el debate sobre la financiación de la seguridad hídrica, explorando enfoques regenerativos en los nexos entre agua, clima y desarrollo. En Frankfurt, The Value of Water, compartimos soluciones transformadoras para construir resiliencia hídrica. Y en el Foro Latinoamericano de Inversión de Impacto visibilizamos modelos que nacen de comunidades indígenas amazónicas y barrios periurbanos, debatiendo cómo escalar soluciones que combinan justicia social y sostenibilidad ambiental.

Hemos extendido el debate en Brasil continuando con la iniciativa We Talks y hemos organizado cuatro nuevos encuentros reuniendo a profesionales, especialistas y socios para debatir temas relacionados con el agua, el medio ambiente, el clima y la protección de la infancia.

En el Water for All organizado por Roca Group y la Fundación Arquitectura Contemporánea, reflexionamos sobre la ciudad sostenible. En octubre, en el WaLS Conference, exploramos las interacciones históricas entre agua, paisaje y sociedad. Y en la Semana Regional del Agua de América Latina y el Caribe, subrayamos la importancia de las alianzas comunitarias para superar problemas endémicos que persisten generación tras generación.

La culminación llegó en noviembre, en la COP30 en Belém. Allí aportamos un testimonio directo de las consecuencias del cambio climático en las comunidades amazónicas, recogido en el documental Amazonas. La memoria del agua, y también participamos en el debate Global Water Resilience in Mediterranean Climatic Regions, ampliando el foco hacia regiones como California y Australia, analizando cómo el concepto de “clima mediterráneo” se revela como un puente que une realidades distantes.

Cerramos el año con la participación en el V Congreso Internacional Agua para el Futuro en Mendoza, Argentina, demostrando que los desafíos del agua son universales y que las soluciones deben ser globales.