El agua soñada

Tener o no tener acceso al agua define dos tipos de hogares: los confortables, que permiten una vida digna y saludable, y los que no pueden proporcionar a sus habitantes nada de ello. Muchos de los 2.185 millones que no tienen acceso seguro al agua sueñan con tenerla en casa. Es el caso de la protagonista camerunesa del corto Utopia, finalista del We Art Water Film Festival 3.

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Un último informe de la OMS y Unicef estima que en el mundo 2.185 millones de personas no tienen acceso al agua, y casi la mitad de ellas vive en los países menos desarrollados. Lo más grave es que de entre estos, 435 millones se abastecen de fuentes sin ningún tipo de tratamiento, siendo 144 millones los que aún usan agua superficial.

Nanou, la protagonista del corto de Philomene Stephanie, muestra lo que ocurre cuando cesa el suministro en un hogar del Camerún, uno de los países en los que el ciclo urbano del agua se interrumpe durante días sin previo aviso. La falta de infraestructuras, unido a una mala gestión de los recursos hídricos y a los movimientos migratorios descontrolados, han hecho que la falta de acceso al agua sea un mal endémico en todo Camerún, país de enormes contrastes climáticos.

Nanou se convierte en buscadora de agua en pozos insalubres cercanos a su barrio, mientras sueña en la vida que podría llevar si el agua llegara a su hogar. Es la vida oculta que da el agua, y que ella no tiene: pierde horas de escuela y compromete su salud viéndose obligada a beber un agua sin ningún tipo de tratamiento.

Millones de mujeres viven en el mundo como la protagonista de Utopia. Las horas que emplea en acarrear su cubo y su botella se suman a las más de 40.000 millones de horas que mujeres y niñas africanas desperdician al año en llevar agua a sus hogares. Recuperar este tiempo para la educación y el trabajo es la base de su dignidad. #NoWalking4Water, un objetivo de todos.