India: el mayor reto agrícola obliga a salvar el agua

Con más de 1.425 millones de habitantes, India es ya el estado más poblado del mundo. El país afronta un futuro prometedor que implica enormes desafíos. Conseguir una agricultura eficiente y resistente a la crisis climática es primordial. Un objetivo que se logrará con la capacitación de las comunidades rurales en la gestión de cada gota de agua, la diversificación de los cultivos y el empoderamiento de los campesinos. La recolección de agua monzónica y la mejora de la eficiencia en el riego son dos estrategias cruciales.

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El pasado 14 de abril, con 1.425.775.850 habitantes, India se convirtió, según la ONU, en el país más poblado del mundo tras superar a China; y los cálculos apuntan a que, en 2060, alcanzará los 1.700 millones. La edad media de su población ronda los 28 años, por lo que el gigante asiático afronta su futuro con una fuerza laboral impresionante. Todo ello, ocho meses después de conmemorar el 75 aniversario de su independencia, efemérides que coincidió con otro hito significativo: su PIB superó al del Reino Unido, su antigua metrópoli. India ocupa ya el quinto puesto de la economía mundial, con un potencial de innovación tecnológica que la sitúa como uno de los vectores más dinámicos e influyentes a escala global.

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India afronta un futuro prometedor que implica enormes desafíos. Conseguir una agricultura eficiente y resistente a la crisis climática es primordial. © Rajesh Ram – unsplash

Un referente en el camino hacia los ODS

India va lanzada. Pero todavía hay muchos datos socioeconómicos que preocupan y pueden lastrar su desarrollo. Según un informe de este año de Oxfam, el 10% de la población acapara el 77% de la riqueza, y el 1% de los que tienen más ingresos posee más del 40% de la riqueza total, mientras que el 50% de los que ingresan menos posee sólo el 3%. Por otra parte, cinco de cada seis personas situadas bajo el umbral de la pobreza pertenecen a las tribus y castas más bajas que, pese a estar oficialmente abolidas, continúan todavía vigentes en amplios sectores de su sociedad.

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El gigante asiático ha experimentado un despoblamiento de las zonas agrícolas más abandonadas y vulnerables en favor de las ciudades. © Remi Clintonn- unsplash

Este liderazgo y la magnitud de sus retos sociales convierte inevitablemente a India en una de las referencias más significativas en la evolución de la Agenda 2030 y de forma muy especial por lo que respecta al ODS 6. El gigante asiático tiene el reto de proveer de agua a la agricultura, conseguir saneamiento eficiente para las inmensas concentraciones urbanas, acabar con la defecación al aire libre, limpiar los ríos, regenerar los acuíferos, y dar acceso seguro al agua a todos sus ciudadanos.

Revertir el abandono de las zonas rurales

Una de las preguntas que se han planteado muchos economistas es cómo logrará el país hacer frente al reto alimentario. Según la FAO, India deberá producir casi 350 millones de toneladas de grano en 2025 y lograr una agricultura diversificada para lograr la seguridad alimentaria.

Los indios representan ya casi el 18% de la población mundial, pero sólo poseen el 4 % de los recursos de agua dulce del planeta. El 69% de la población es rural, una proporción muy superior a la media de toda Asia, que es del 58%. Un 80% de estas personas viven de la agricultura y la ganadería, los sectores más demandantes de agua.

El país vive además una paradoja similar a la de muchos países emergentes: ha experimentado un despoblamiento de las zonas agrícolas más abandonadas y vulnerables en favor de las ciudades. La terrible sequía de 1984 – 1986, que afectó a más de 15 millones de hectáreas de tierra cultivable, desveló el desequilibrio latente: alrededor de 40 millones de familias quedaron arruinadas y malvendieron sus tierras acuciadas por las deudas, la mayoría abandonaron sus cultivos y ganado y migraron a las ciudades. Allí acabaron hacinadas en tugurios sin las mínimas condiciones para una vida digna. Desde entonces, la migración del campo a la ciudad ha seguido un goteo incesante y los barrios marginales no han parado de aumentar.

Esta situación se debe revertir.

Objetivo primordial: salvar el agua

El mundo rural indio necesita transformarse; y para ello los campesinos deben tener capacidad para diversificar sus cultivos y gestionar de forma eficiente el agua. Aquí subyace una de las mayores amenazas: la sobreexplotación de los acuíferos.

India es el mayor extractor de agua subterránea del mundo y, en muchas zonas, se está agotando. Según el Banco Mundial, en los últimos 50 años, el número de pozos ha aumentado de 1 a 20 millones. Cerca del 60% del agua para regadío es de origen subterráneo, una proporción que sigue aumentando respecto al uso de agua superficial proveniente de ríos y lagos. India extrae cada año más agua subterránea que EEUU y China juntos.

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La terrible sequía de 1984 – 1986, que afectó a más de 15 millones de hectáreas de tierra cultivable, desveló el desequilibrio latente: alrededor de 40 millones de familias quedaron arruinadas y malvendieron sus tierras acuciadas por las deudas. © Ashwini Chaudhary- unsplash

La crisis climática es ya una realidad en buena parte del país: una de cuyas cuencas freáticas más importantes, la superior del Ganges, descendió entre 2002 y 2008 de nivel de agua a un ritmo de 33 cm cada año. Según un estudio satelital, el descenso, que actualmente continúa, tiene una doble causa: la pérdida de hielo de los glaciares himalayos y la sobreexplotación. Pero la desaparición del agua subterránea no sólo se da en el norte del país; la mayoría de los agricultores indios sufren este deterioro y muchas ONG han alertado de que cada vez son más los campesinos que se ven obligados a cavar más hondo sus pozos para encontrar agua. En 2010, la capa freática había descendido hasta una profundidad media de más de 26 metros, y muchos pozos se secaban tras haber tenido que perforar una y otra vez. En la última década, este descenso ha ido en aumento en las zonas de mayor explotación agrícola y de dependencia de la lluvia monzónica.

Campesinos capacitados y con derechos de gobernanza

El acceso al agua para la agricultura es un reto que no se podrá afrontar sin campesinos con conocimientos para gestionar sus propias instalaciones de captación de agua y riego.

Nuestra experiencia en proyectos de ayuda a los agricultores lo corrobora. Los cuatro pequeños embalses autogestionados que hemos ayudado a construir en Andra Pradesh con la Fundación Vicente Ferrer, muestra hasta qué punto lograr recoger el agua en la estación monzónica para usarla en la época seca libera a los agricultores de la terrible incertidumbre climática anual. Estos pequeños cuerpos de agua permiten abandonar el subyugante monocultivo y configuran un modelo para la regeneración de los acuíferos y la lucha contra la desertificación.

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El mundo rural indio necesita transformarse; y para ello los campesinos deben tener capacidad para diversificar sus cultivos y gestionar de forma eficiente el agua. © Nandhu Kumar -unsplash

Un factor crucial de estos proyectos es la participación comunitaria, que debe estar orientada a la total autogestión del funcionamiento y mantenimiento de las instalaciones. En esta misma linea, la instalación de sistemas de riego eficientes, como el goteo, promoviendo la instalación de placas fotovoltaicas para accionar las bombas de extracción, tiene como objetivo revolucionar la productividad agraria y la gestión del agua en las regiones más pobres amenazadas por el aumento de la aridez. El éxito del proyecto de fotoirrigación en Andhra Pradesh, que ha permitido a más de 70 familias resistir las sequías, diversificar sus cultivos y aumentar su margen de beneficios, evidencia el potencial de esta herramienta autogestionada por la comunidad.

Los objetivos son claros y asumibles

Ambas líneas de trabajo, la recolección de agua monzónica y la mejora de la eficiencia en el riego, entran de lleno en las estrategias recomendadas por el Banco Mundial que aboga por integrarlas en programas de gestión de cuencas y recarga de acuíferos.

Es imprescindible seguir en esta línea para lograr la seguridad alimentaria del país, ya que a medio plazo se espera que la agricultura india ocupe alrededor del 50 % de la población activa y absorba algo más del 80 % del consumo de agua dulce. La FAO señala que para ello, será preciso aumentar también la eficiencia del 40 al 50 % en los sistemas de riego que utilizan agua superficial y del 40 al 72 % en los de aguas subterráneas. Si India alcanza los 1.700 millones en los próximos 35 años, está obligada a lograrlo ya a corto plazo con modelos que serán un referente para el resto de las tierras secas del mundo.