Conozcamos la contaminación para combatirla mejor

La contaminación localizada del agua permite desarrollar soluciones que proporcionan oportunidades de desarrollo y mayor concienciación de las comunidades. Los gobiernos y las empresas deben desarrollar los incentivos y la inversión. Algunos de nuestros proyectos dan una clave.

Los estudiantes de la Facultad de Medicina del hospital de Chengelpattu, en el estado indio de Tamil Nadu, vivían en un entorno maloliente e insalubre. Por la parte trasera del campus, las aguas residuales del hospital de 1.300 camas se vertían al aire libre sin ningún tipo de tratamiento. El cuadro médico venía denunciando desde siempre la incoherencia de que la actividad de un centro de salud supusiese una fuente de contaminación para los estudiantes y el resto de los 87.000 habitantes de la ciudad. Cuando instalamos una unidad de tratamiento de aguas residuales, los vertidos acabaron y el hospital se benefició con un insumo inesperado: biogás y abonos orgánicos.

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La contaminación localizada del agua permite desarrollar soluciones que proporcionan oportunidades de desarrollo y mayor concienciación de las comunidades. ©Foto de mali maeder

Contaminación puntual y difusa: hay que entenderlas bien

Nuestra intervención, que se basó en la implementación de una planta DEWATS, es un buen ejemplo de lo que en ciencia ambiental de entiende por “contaminación puntual”: la liberación directa y localizada de contaminantes en un punto específico de descarga. Debido a su origen concentrado, esta contaminación, puede ser identificada y observada con relativa facilidad, como es el caso de los vertidos de un edificio como un hospital, una fábrica, una granja porcina o los vertederos de las ciudades.

Por otro lado, está la denominada “contaminación difusa”: la liberación dispersa y generalizada de contaminantes en el medio ambiente, sin un punto de descarga identificable. Un ejemplo paradigmático es la emisión de carbono a la atmósfera y, en el caso del agua, la escorrentía de aguas agrícolas o urbanas a lo largo de toda un cuenca hidrográfica que acaba vertiendo al mar y los acuíferos todo tipo de contaminantes; aunque se sepa la actividad que los ha causado, es muy difícil evaluar el alcance de su dispersión geográfica.

A escala planetaria, contener y reducir la contaminación difusa es un reto que ha movilizado diversas acciones internacionales desde la década de 1960. En el caso de los ríos de los países industrializados se han logrado notables avances simplemente legislando y controlando las actividades industriales, aunque mucho por hacer, por ejemplo, en el control de las prácticas agrícolas y ganaderas. En los países en vías de desarrollo ésta es todavía una asignatura pendiente, y hemos de tener en cuenta que aproximadamente el 80% de la contaminación de los mares es transportada por los ríos desde la tierra.

Casos de éxito contra la contaminación puntual

En la lucha contra la contaminación puntual del agua se han venido desarrollando en estas últimas décadas soluciones muy efectivas, sobre todo para los países económicamente más débiles. Allí, la contaminación por aguas fecales es la que más directamente incide en la salud de las personas. El proyecto del hospital de Chengelpattu es un ejemplo del denominado saneamiento descentralizado: allí donde no llega la alcantarilla, las aguas residuales se tratan in situ, procurando obtener beneficios adicionales.

En el webminario que organizamos con motivo del Día Mundial del Retrete de 2021, expertos en saneamiento en las áreas marginales mostraron no sólo la imperiosa necesidad de gestionar las heces sino que destacaron las oportunidades que se crean de su aprovechamiento. Mona Mijthab, fundadora de Mosan Sanitation Solutions, explicó el desarrollo del Mosan, un sistema circular regenerativo, en comunidades de Guatemala, en las que se vierten cada segundo 500 litros de aguas residuales sin tratamiento. El sistema se basa en que cada hogar recoge sus excrementos en una sencilla letrina y luego los entrega a una persona que los transporta manualmente a un centro de recogida para llevarlos a un centro de transformación. Allí la orina se procesa mediante precipitación en estruvita y las heces por pirólisis en biochar (biomasa de origen vegetal). La masa resultante se traslada a un reactor que la carboniza. La comunidad obtiene así un valioso fertilizante.

Muy similar es la solución que se desarrolla en el barrio marginal de Kibera, en Nairobi, uno de los más extensos del mundo y en el que se estima que entre 500.000 y 800.00 personas en chabolas. La organización Umande Trust nació en el mismo barrio con la finalidad específica de solucionar el grave problema del saneamiento. Su solución consiste en la construcción de 19 “biocentros”, unas instalaciones a las que acude la gente a defecar en letrinas seguras y donde disponen de agua limpia y ducha. Los residuos permiten obtener biogás, que se canaliza hacia una cocina comunitaria para que la gente acuda a cocinar con agua potable. Parte de los restos, digeridos anaeróbicamente por microorganismos, se retiran una vez al año y se venden como fertilizante agrícola, y las ganancias se invierten en la comunidad.

Los beneficios sociales y económicos son el incentivo que garantiza la sostenibilidad de estos desarrollos en los que la base es el conocimiento de la localización de la contaminación y sus causas. El Banco Mundial y la OMS aseguran que por dólar invertido en saneamiento básico se obtiene un ahorro de hasta 5 dólares en costos médicos, y hasta ahora nadie ha demostrado lo contrario.

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El proyecto del hospital de Chengelpattu es un ejemplo del denominado saneamiento descentralizado: allí donde no llega la alcantarilla, las aguas residuales se tratan in situ, procurando obtener beneficios adicionales.

La contaminación puntual por plástico, otra oportunidad

Sin embargo, la contaminación puntal y difusa muchas veces se solapan y es más difícil distinguirlas. Es el caso de los residuos plásticos que aparecen esparcidos por todas las aguas del planeta y que, en tierra, pueden ser localizados puntualmente y así eliminarlos con más efectividad.

 

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La organización Umande Trust nació en el barrio marginal de Kibera con la finalidad específica de solucionar el grave problema del saneamiento. Su solución consiste en la construcción de 19 “biocentros”. © SuSanA

En la Fundación lo pudimos comprobar con otro de nuestros proyectos innovadores. En Costa de Marfil, en la región de Kabadougou, una de las zonas más abandonadas, colaboramos en la construcción de tres escuelas ladrillos con plástico reciclado proveniente de los programas de recogida impulsados por le Gobierno. Más allá de construir escuelas, los beneficios que hemos obtenido tienen tres vertientes: fomentar la recolección de residuos, conseguir una materia prima barata y concienciar a las comunidades de la importancia del control del plástico y de su reciclaje.

Además de lograr la salubridad de las comunidades afectadas, estudiar los éxitos obtenidos en el tratamiento de la contaminación puntual nos proporciona una fuente de conocimiento para diseñar estrategias para combatir la difusa. Es una batalla que demos ganar para sobrevivir y que gobiernos y empresas deben liderarla.

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Sin embargo, la contaminación puntal y difusa muchas veces se solapan y es más difícil distinguirlas. Es el caso de los residuos plásticos que aparecen esparcidos por todas las aguas del planeta y que, en tierra, pueden ser localizados puntualmente y así eliminarlos con más efectividad. © Foto de mali maeder