Nada nuevo que la mayor parte de los científicos no hayan estado repitiendo desde hace décadas. Desde 1988 el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, cada vez más conocido por sus siglas del inglés – IPPC -, ha publicado cinco informes completos de evaluación. El pasado agosto presentó un adelanto del sexto informe, el AR 6, muy esperado desde que su predecesor, el AR 5, fuera la base científica con la que se abordó el cambio climático en la COP 21 de París en diciembre de 2015. El nuevo informe corrobora el cambio antropogénico en el clima que los científicos comenzaron a detectar en la década de 1970, y reafirma con abrumadoras evidencias la urgencia de actuar para frenar el calentamiento atmosférico, el principal factor desencadenante de la crisis climática.

Es precisamente esta reafirmación en las conclusiones de los anteriores AR lo que es más importante del documento, por lo menos por su repercusión en la opinión pública. Cada una de estas conclusiones vienen repitiéndose durante décadas. Aquí un resumen:

1.  El cambio climático es REAL y la escala de los cambios experimentados recientemente no tiene precedentes en milenios o incluso cientos de milenios.
2. Está causado principalmente por el calentamiento global atmosférico por efecto de los gases de efecto invernadero generados por la actividad humana.
3. Afecta directamente al ciclo del agua, lo que genera los fenómenos más tangibles y nefastos: sequías, inundaciones y deterioro del medio ambiente.
4. Los cambios que afectan al océano, los hielos y el nivel del mar serán irreversibles durante siglos.
5. Es una EMERGENCIA a nivel mundial que amenaza la consecución de los ODS y el futuro de las actuales y siguientes generaciones.
6. Exige acciones globales URGENTES de mitigación y adaptación por parte de los gobiernos, las empresas y de todos y cada uno de los habitantes de la Tierra.

La evidencia científica se reafirma, y algunos comunicadores ven como una relativamente buena noticia esta redundancia, pues es un refuerzo para combatir el negacionismo en cualquiera de las facetas en que éste se presenta.

Otro factor que ha acallado a muchos negacionistas es la coincidencia del informe del IPCC con las peores noticias climáticas de los últimos años. La comunidad mundial quedó boquiabierta ante la insólita temperatura de 49,6 °C registrada en la Columbia Británica (Canadá). El calor extremo, quizá el fenómeno meteorológico más tangible y agobiante para las más extensas áreas de población, se desencadenó en la mayor parte de países del hemisferio norte durante el verano. En el Mediterráneo, norte de Europa y Asia se batieron récords de temperatura que tuvieron como consecuencia más nefasta devastadores incendios forestales en Grecia, Turquía y Siberia, donde el deshielo del permafrost sigue imparable. El humo de los incendios de Norteamérica cruzó el Atlántico entelando el cielo del norte de Europa. En muchos glaciares alpinos se derritieron los últimos resquicios de hielo, y en el norte de Groenlandia

La temporada de huracanes del Atlántico (1 de junio al 30 de noviembre) marcó el séptimo año consecutivo récord con actividad antes del inicio oficial de la temporada, y elNOAA  redobló a principios de agosto su predicción estacional inicial, anunciando que la probabilidad de una temporada por encima de lo normal ha subido del 60% al 65%, dejando solo un 10% de probabilidad de una temporada por debajo de lo normal y un 25% de probabilidad de una temporada normal.

Todo ello está pronosticado con exactitud sobrecogedora en los informes del IPCC. ONU Cambio Climático aboga por que el camino a seguir debe ser aceptar y afrontar el reto de aumentar el nivel de ambición. Para ello es preciso:

1. Sensibilizar definitivamente a cada uno de nosotros sobre la realidad y gravedad de lo que ocurre.
2. Movilizar sin dilación a gobiernos, instituciones, empresas y consumidores en pos de medidas inmediatas.

La próxima COP 26 de Glasgow debe significar de una vez por todas el triunfo de ciencia sobre la gobernanza y el definitivo paso de la concienciación a la acción, de la preocupación a la ocupación.