Los nuevos huéspedes traen la solución

Tras la pandemia, la economía mundial celebra la recuperación de la industria turística, uno de los más importantes motores de la economía distributiva en el mundo. Sobre el nuevo turismo recae la responsabilidad de liderar un modelo de desarrollo de amplio alcance que sea un referente de sostenibilidad en nuestra forma de vivir en la Tierra. La concienciación de los  nuevos turistas es la más sólida esperanza.

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La covid-19 ha supuesto una crisis muy dura para el sector turístico internacional, pero ha incrementado su protagonismo como uno de los grandes transformadores necesarios para alcanzar los ODS a nivel global. Tras la pandemia, António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, recordó:“El turismo da empleo a una de cada diez personas en la Tierra y proporciona sustento a cientos de millones más. Es un factor muy importante en la distribución de la riqueza”.

El sector reaccionó pronto al desastre. En mayo de 2020, cuando el mundo comenzó a entrever el fin del confinamiento, la Organización Mundial del Turismo (OMT) lanzó la Visión One Planet para la recuperación responsable del sector turístico, una hoja de rutapara avanzar en la implementación de los ODS a través del turismo sostenible.

Zurab Pololikashvili, Secretario General de la OMT, anunció el informe señalando objetivos claros: “Esta crisis nos da la oportunidad de replantearnos cómo ha de ser el sector turístico y su aportación a las personas y al planeta. En su reconstrucción, tenemos la oportunidad de alcanzar un turismo, más sostenible, inclusivo y resiliente, y de que los beneficios obtenidos se repartan de manera justa por todo el mundo.

 

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Sobre el nuevo turismo recae la responsabilidad de liderar un modelo de desarrollo de amplio alcance que sea un referente de sostenibilidad en nuestra forma de vivir en la Tierra. © Baobab, Tanzania. World Tourism Organization

La sostenibilidad es ya un incentivo en el nuevo mercado

El concepto de sostenibilidad ya no es sólo un requerimiento ético, es un valor cada vez más exigido y atractivo para los huéspedes, lo que la convierte ya en un activo de alto valor en la oferta. Por otra parte, el turismo sostenible muestra un modelo de crecimiento aplicable a actividades para las que entrar en la economía verde es una exigencia social y medioambiental inaplazable. El urbanismo, la arquitectura y las actividades deportivas, por citar disciplinas que comparten muchos paralelismos con la industria turística, han optado ya por el desarrollo encaminado a una drástica reducción del consumo de agua y energía, el respeto medioambiental, la recuperación de la biodiversidad y garantía de la inclusión social.

Durante el confinamiento la retirada de los humanos de los espacios urbanos nos mostró la presión que estamos ejerciendo al medio natural. El término entornose nos reveló con un nuevo significado: fuimoss conscientes de cómo lo estamos invadiendo, de qué forma nuestro actual modo de vida lo degrada. Y, tras la pandemia, la concienciación en la urgencia de actuar para mitigar el cambio climático y en la necesidad de diseñar estrategias de adaptación se ha intensificado. Elimpacto causado por el AR6, el pasado agosto, y por las conclusiones de la COP 26 de Glasgow, han incrementado los niveles de concienciación entre la población, y este es un factor que está influyendo en la contratación turística.

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Los destinos turísticos sostenibles se han convertido en un referente para el consumidor. ©World Tourism Organization (UNWTO)

El pasado mes de mayo, en Palma de Mallorca, uno de las capitales europeas del turismo, la Agencia EFE y el Parlamento Europeo organizaron un encuentro del proyecto “Conversaciones CoFoE” para trasladar el debate sobre los retos de futuro de la UE a las comunidades españolas. Centrado esta vez en el desarrollo del turismo sostenible, el debate reunió a eurodiputados y empresarios turísticos, quienes destacaron que la mayoría de los turistas han interiorizado el notable impacto medioambiental que generan y se muestran mucho más críticos y exigentes con la responsabilidad de los hoteleros al respecto.

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El concepto de sostenibilidad ya no es sólo un requerimiento ético, es un valor cada vez más exigido y atractivo para los huéspedes. © Unleashed Agency unsplash

 

Los destinos turísticos sostenibles se han convertido en un referente para el consumidor. Es una excelente noticia que ya se pudo constatar antes de la pandemia. En nuestro caso, el éxito del proyecto “Hagamos un trato (Lets Make a Deal) es sintomático y esperanzador. La iniciativa, que desarrollamos la temporada turística de 2018 con Diamond Resorts, consiguió ahorrar millones de litros de agua, s de media tonelada de plástico de envases y vasos, y sensibilizar a los huéspedes en la importancia de las prácticas sostenibles y, sobre todo, convertirlos en agentes de comunicación en sus hogares. La consecución de donaciones para nuestros proyectos de ayuda en India, Guatemala e Indonesia demostró la satisfacción de los clientes y constituyó un logro que podía parecer utópico hace pocos años. Fue una experiencia reveladora del rol del destino turístico como eficaz factor de concienciación en la importancia de la sostenibilidad en el uso del agua, y un ejemplo de que la sostenibilidad es un factor determinante en el nuevo mercado que acaba de empezar.

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Más allá de reducir a mínimos las huellas hídricas y de carbono, el turismo mundial debe avanzar en la comunicación transversal de respeto medioambiental y cultural. ©World Tourism Organization (UNWTO)

Más allá del agua y la energía, la responsabilidad social

El alto consumo de agua siempre ha sido la principal vara de medir el impacto ambiental del turismo y, en la mayor parte de los casos, está asociado a un alto consumo eléctrico. El turismo absorbe el 1% del consumo mundial de agua. Aunque pueda parecer poca cosa, esta proporción se vuelve estresante en zonas en las que el reclamo turístico masivo por excelencia, sol y playa,se suele correlacionar con sequía y vulnerabilidad ambiental”. En zonas ya hídricamente estresadas, es rotundamente insostenible que una familia, que en su casa consume una media de 120 litros diarios,pueda llegar a 2.000 litros al día, y en algunos casos hasta 3.423 litros en regiones situadas en el cinturón tropical.

La reducción del consumo es importante, pero también lo es la inversión en nuevas tecnologías de reciclaje y reutilización del agua, y captación de agua de lluvia, así como en la generación de energías renovables. En este sentido, los nuevos proyectos de resorts turísticos sostenibles están siendo un referente tecnológico que incluye el detenido estudio de la flora autóctona y del equilibrio ecológico de la zona en la que se construyen las instalaciones; un auténtico modelo de “economía verde” a escala para afrontar la incertidumbre de la crisis climática.

Otro factor imprescindible en el dibujo que la nueva industria turística sostenible es la inclusividad sociocultural, el fomento del comercio justo, la igualdad de género, y la incorporación del propósito social como valor diferencial. Más allá de reducir a mínimos las huellas hídricas y de carbono, el turismo mundial debe avanzar en la comunicación transversal de respeto medioambiental y cultural. Los nuevos huéspedes son la más sólida esperanza de solución.