Smart Reaction: la oportunidad aquí y ahora

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La arquitectura y los sectores de la construcción y el turismo son claves para la consecución de los ODS. Deben formar parte intrínseca del modelo que nos llevará a lograrlo y su influencia internacional en la generación de conciencia social es decisiva. El debate “Smart Water Smart Reaction” mostró que en México, Perú y España bullen las ideas y las iniciativas. La pandemia ha reforzado el hilo conductor del agua comofuente de inspiración para afrontar el desafío global al que nos enfrentamos y apreciar las oportunidades que se abren.

Cada vez seremos más en espacios más urbanizados: a finales de siglo habitarán la Tierra 11.200 millones de seres, de los que entre el 85 y el 90 % vivirá en ciudades. En 2050, el 75 % de la población vivirá en mega conurbaciones que serán el resultado de la unión de grandes ciudades entre sí y de la absorción de su entorno urbanizado.

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En 2050, el 75 % de la población vivirá en mega conurbaciones. NASA_Goddard_Photo

Es un reto medioambiental de envergadura, sobre todo en cuanto a la absorción de más recursos energéticos e hídricos, característica inherente a las ciudades. Esto someterá al ciclo integral del agua a un mayor estrés, aumentando el potencial contaminante debido a un saneamiento deficiente. Es un panorama que el cambio climático no hará mas que empeorar. La reacción ha de ser inmediata e inteligente. Y no se puede imaginar esta reacción sin la implicación directa y el liderazgo de la arquitectura, el urbanismo y la construcción.

 

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“700 millones de personas viven en la pobreza extrema”. Carlos Garriga. © Carlos Garriga / We Are Water Foundation

Reacción inmediata

Nacida en plena pandemia de la covid-19 en el seno de la plataforma Smart Water, la iniciativa Smart Reaction tiene como objetivo asumir a través del agua este reto de supervivencia y justicia que tenemos planteado, y hacerlo con diálogo y cooperación para aprovechar las oportunidades del profundo cambio que estamos viviendo.

El debate Smart Reaction reunió el 27 de octubre a cuatro arquitectos – Jorge Arditti, Jaime Ventura, Susel Biondi y Jugatx López Amurrio – ytres profesionales del sector turístico – Enrique Villanueva, Jorge del Olmo y Suzana Gomercic – que se reunieron aprovechando el marco y en la sala virtual de la Expo CIHAC Digital que se celebró en Ciudad de México. El debate, que fue moderado por David Cámara, uno de los promotores de la iniciativa Smart Water, también contó con la participación de Carlos Garriga,director de la Fundación We Are Water, impulsora de la plataforma.

 

Una realidad intolerable ante un futuro que no debe serlo

La pandemia de la covid-19 ha puesto más en evidencia el rumbo insostenible de la actual evolución socioeconómica. Carlos Garriga revisó los principales datos que configuran una realidad que ya lleva tiempo siendo distópica. “700 millones de personas viven en la pobreza extrema, – señaló el director de la Fundación -, y la pandemia dejará más gente atrás: la pobreza extrema puede aumentar en 150 millones en 2021”.

David Cámara destacó la importancia del “cómo” vamos a recuperar la actividad económica y el papel clave que desempeñarán en ello la arquitectura, el diseño y la construcción, sectores imprescindibles para el cambio: “Son agentes de transformación social con un enorme poder y por tanto con una gran responsabilidad. Tenemos ahora una gran oportunidad para hacerlo y sólo con una visión compartida y transversal lo conseguiremos”.

En el “planeta urbano” al que estamos abocados la importancia de la arquitectura en el avance hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es evidente. Así lo destacó Jugatx López Amurrio, quien puso énfasis en las 4 “C” que rigen su trabajo: competir, cooperar, coexistir y conectar. La Associate Director en el estudio Luis Vidal + Arquitectos  destacó la importancia del sector de la construcción que consume el 50 % materiales extraídos en el planeta, el 50 % de la energía utilizada y el 25 % de los residuos generados. “Es fundamental abandonar la economía lineal y pasar a la circular y la construcción ha sido hasta ahora muy lineal”, afirmó López Amurrio quien señaló como ejemplo la extracción de arena, recurso quedespués del agua es el segundo más extraído por volumen y que alcanza más de 40.000 a 50.000 millones de toneladas en el todo el mundo, y sigue creciendo exponencialmente.

La arquitecta compartió la pregunta fundamental que se formulan sus colegas – “¿Cómo podemos contribuir al cambio responsable?” – y dio una respuesta: “Con conciencia de la urgencia del mismo y transmitiendo esta urgencia a todos: arquitectos, urbanistas, y a las empresas inmobiliarias y patrimonialistas. Y hay que hacerlo en dos direcciones: la “bottom-up”, con la concienciación e inspiración a nuestros clientes, gobiernos y administraciones; y la  “top-down”, haciendo entender los beneficios de la sostenibilidad a fabricantes, constructoras y otros colegas”. El arquitecto panameño Jaime Ventura corroboró esta idea y destacó la importancia de su profesión en la obtención de los ODS: “Como arquitectos tenemos una enorme responsabilidad social para la producción sostenible”.

 

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2.100 millones de personas no tiene acceso a infraestructuras hídricas gestionadas de forma segura. un dato que debe de estar en la mente de todos los urbanistas. © Macau-photo-agency-unsplash

La imperiosa necesidad de un urbanismo justo y sostenible

Los datos que provienen de la evolución de la epidemia confirman la influencia del factor socioeconómico, y en consecuencia urbanístico, en la propagación del contagio. Carlos Garriga destacó datos recientes: “El virus no afecta a todos por igual. La estructura social y económica influye mucho. En ciudades, como por ejemplo Barcelona, se ha confirmado que la incidencia del virus es un 26 % más baja en los barrios más acomodados. Esto se repite en otras ciudades del mundo: el urbanismo, el transporte público, el tipo de vivienda, la ventilación de los espacios, etc.. son peores en los barrios más pobres”.

Este análisis urbanístico a escala planetaria nos lleva a evidenciar que el agua está en el epicentro del desarrollo sostenible. Que 2.100 millones de personas no tengan acceso a infraestructuras hídricas gestionadas de forma segura es un dato que debe de estar en la mente de todos los urbanistas ante el crecimiento acelerado de las ciudades. Aquí destaca el caso de México, uno de los países que tiene una relación más difícil con el agua. Jorge Arditti señaló que su país configura un paradigma para meditar: “En un futuro cercano, 25 ciudades mexicanas estarán por encima del millón de habitantes y, para 2030, el 70 % del crecimiento de la población se dará en lugares donde ya hay presión sobre los recursos hídricos”.

El arquitecto dio datos relevantes: “En México, el volumen de agua renovable es de 4.000 m3 por persona y año, pero con una gran diferencia entre zonas: en el centro y norte del país se concentra el 27 % de la población, se genera el 79 % del PIB y se cuenta sólo con el 32 % del agua renovable; en la zona sur donde se dispone del 68% del agua renovable, se concentra el 23 % de la población y se genera el 21 % del PIB”. Es una situación de desequilibrio que obliga a un cambio de rumbo inmediato para evitar que, para 2030, México y muchos países en una situación similar sufran una grave crisis socioeconómica.

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“En un futuro cercano, 25 ciudades mexicanas estarán por encima del millón de habitantes”. Jorge Arditti. © Nitin Badjatia-unsplash

Ante la crisis climática: planificación y turismo sostenible

El cambio climático está actuando ya como un factor desequilibrante y todas las previsiones apuntan a que este desequilibrio irá en aumento. Jaime Ventura explicó cómo el descenso de la pluviosidad está afectando a su país, Panamá: “Siempre hemos tenido abundante lluvia, pero últimamente llueve menos, y este descenso de precipitaciones está poniendo incluso en peligro el tránsito de barcos por el canal de Panamá”. El presidente de IPAUR, está especialmente comprometido con la problemática del agua y el cambio climático, y considera imprescindible que la arquitectura y el urbanismo asuman este factor con urgencia en sus planificaciones futuras.

La crisis climática incide directamente sobre el sector turístico, que ha sido además el más afectado por la pandemia. El turismo sostenible es una de las claves para alcanzar los ODS en 2030. Es un modelo de economía verdea escala idóneo para afrontar el cambio climático que permite la distribución de la riqueza con ética hacia las personas y el medio ambiente.

Enrique Villanueva explicó las acciones dePulso Inmobiliarioen el diseño de resorts turísticos, actividad que debe incorporar la investigación ecológica y el desarrollo de tecnologías para lograr el mínimo impacto ambiental y el total autoabastecimiento hídrico: “Trabajamos desarrollando circuitos hídricos cerrados mediante la reutilización y la captación de agua de lluvia. Logramos así construcciones sin conexión a drenaje ni suministro de agua. También es fundamental incorporar la flora autóctona para reequilibrar el entorno. Todos nuestros hoteles son ahora así”. Villanueva valoró la importancia de las acciones de cada empresa: “Son granitos de arena que en su conjunto son decisivos para impulsar el cambio, y todos tenemos que hacerlo, ahora más que nunca”.

Jorge del Olmo corroboró estas ideas reafirmando la importancia de un cambio de visión radical. “La sostenibilidad tiene que estar en la génesis de cada proyecto. Todo el equipamiento debe ser sostenible y se deben elegir con precisión cada uno de los materiales”. El director de diseño y proyectos del Grupo Posadas explicó las medidas que tomaban para principal grupo hotelero de México en cuanto al uso sostenible del agua, un factor imprescindible e ineludible para el desarrollo de cualquier proyecto en México, una de las grandes potencias turísticas en el mundo.

 

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El sector turístico tiene un valor incalculable como herramienta de creación de la cultura de la sostenibilidad. © Suzy Brooks_unsplash

Los hoteles, centros de concienciación y transmisión de la sostenibilidad

 El sector turístico tiene además un valor incalculable como herramienta de creación de la cultura de la sostenibilidad. La iniciativa “Hagamos un trato” (Let’s Make a Deal), impulsada por la Fundación, fue asumida de forma pionera en 2018 por Diamond Resorts, convirtiéndose en una experiencia reveladora del factor clave que juega el sector turístico en el reto de concienciación en la importancia de la sostenibilidad en el uso del agua. Suzana Gomercic, vicepresidenta senior de operaciones europeas del grupo, explicó los alentadores resultados de “Hagamos un trato” en sus resorts europeos “Fomentando la reutilización de las toallas, lavamos 29.000 unidades menos; y proponiendo el uso semanal de las mismas sábanas, ahorramos 110.000 litros. En total, entre toallas y sábanas, usamos unos 500.000 litros  menos de agua en las coladas”.

La experiencia fue reveladora y muy esperanzadora en la concienciación de los huéspedes y de todo el personal de las instalaciones. Let’s Make a Deal  fomentó el espíritu colaborativo que se benefició de la organización de actividades educativas, como la de “Aquanautas” que dio excelentes resultados entre los niños y sus familias: “Unir la sostenibilidad a programas lúdicos es idóneo para concienciarnos en la cooperación y crear hábitos positivos que los huéspedes se llevaron de vuelta a sus hogares. Prueba del éxito es que logramos recaudar 40.000 euros en donaciones para los proyectos de la Fundación en India, Guatemala e Indonesia. Realmente logramos hacer vivir el mensaje”.

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Arquitectos y constructores coincidieron en la importancia de lograr edificios de “descarga cero” de agua y autónomos energéticamente. © Danist-unsplash

 

La gobernanza correcta y una mirada a los ancestros

 Arditti insistió en la necesidad de una reacción gubernamental inmediata para prevenir la crisis y Enrique Villanueva corroboró este imperativo: “Tenemos datos alarmantes a nivel mundial. Sin agua no existe ningún tipo de higiene y no tenemos garantizado el acceso universal a ella. Las autoridades tienen que actuar y ayudar a la arquitectura y la construcción, sectores clave para avanzar en la dirección adecuada”. El director de desarrollo de Pulso Inmobiliario, apuntó: “Ahora somos más conscientes del problema y tenemos que aprender las lecciones que se nos están dando. Tenemos que preguntarnos ¿Cómo actuamos respecto al agua? Y, más allá de alarmarnos, tenemos que actuar, buscar soluciones y aplicarlas, y hacerlo ya”.

La arquitecta Susel Biondi explicó la situación en Perú, uno de los países que junto a México tiene una notable disparidad en al acceso al agua y que se encuentra especialmente amenazado por la crisis climática. Destacó uno de los factores que últimamente se ha vuelto cada vez más decisivo a la hora de dibujar soluciones: la cultura ancestral de los pueblos. Perú es un pozo de sabiduría hídrica preincaica e incaica, y esta cultura es una poderosa herramienta de educación y concienciación: “La gestión del agua ha estado siempre profundamente enraizada en la cultura popular peruana. El agua está relacionada con la ‘yacumama’, que significa en quechua ‘madre del agua’, y los ancestros nos han dejado obras que debemos tomar como referencia: lagunas, reservorios, sistemas de conducción y muchas infraestructuras que nos aportan una guía para la acción”.

La arquitecta citó sobre todo las amunas, infraestructuras que permiten captar las aguas que se producen por el escurrimiento de las lluvias en las alturas de las montañas y que se podría asimilar a un sistema de “siembra y cosecha de agua”, un modelo que muestra una filosofía de respeto y observación de la naturaleza trasladable a muchas zonas que sufren estrés hídrico y donde el cambio climático está ya añadiendo presión.

Arquitectos y constructores coincidieron en la importancia de lograr edificios de “descarga cero” de agua y autónomos energéticamente, pero también consideraron imprescindible una reacción gubernamental inmediata para prevenir la crisis. Todos los reunidos coincidieron en que la gobernanza debía apresurarse en avanzar en la definición y difusión de las normativas internacionales en cuanto a la sostenibilidad en la construcción. Y todos estuvieron de acuerdo en que, sin embargo, la educación y concienciación de la ciudadanía eran factores imprescindibles para la consecución real del cambio y el diseño de soluciones. David Cámara resumió el espíritu de la reunión que es el de la iniciativa Smart Reaction: “En este barco estamos todos, y todos debemos remar en la misma dirección. Somos una sociedad frágil, la pandemia nos ha hecho ver que más frágil de lo que esperábamos. La solución ha de ser colectiva y el hilo conductor del agua, que se ha visto reforzado, nos muestra un camino”.